Marlo Morgan nos narra sus peripecias con la tribu australiana de los auténticos, nombre que se dan a sí mismos los
miembros de la tribu más ancestral del Outback (zonas desérticas del
interior de Australia y Nueva Zelanda). La autora recoge en su
primer libro el paseo de iniciación al que la sometieron en
1991 a fin de prepararla para su misión: llevar al mundo su mensaje de
nueva espiritualidad y dar fe de la extinción de su raza, ya que han
decidido voluntariamente dejar de reproducirse. La última vez que Morgan
los visitó quedaban solamente seis con vida.
Cuatro meses caminando sin calzado; durmiendo al raso; comiendo
hormigas, serpientes, ranas y toda clase de vegetales, y enterrándose en
la arena para liberarse del mal olor corporal, ayudaron a esta mujer de
50 años a prepararse para los fenómenos más difíciles de aceptar. Los
auténticos se comunican por telepatía, curan las fracturas hablando a
los huesos y preguntan a los tubérculos si están listos para ser
comidos. "Sé que esto resulta difícil de entender para la mentalidad
occidental. Lo mismo que pasaría si los auténticos dirigiesen el mundo.
Ellos son maestros en el arte de la negociación; por ejemplo, si dos
presidentes estuviesen discutiendo y no lograsen ponerse de acuerdo,
simplemente cambiarían sus asientos y con ellos sus papeles, sus puntos
de vista", asegura.
Quizá el texto haya sido aderezado literariamente por la escritora, o incluso, en parte, ficcionado. De todas formas, nada de ello le restaría un ápice de intensidad e interés a este fascinante relato.
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